El Gran Teatro de Córdoba acoge mañana viernes Un hombre de paso, una obra con el Holocausto como telón de fondo de una historia que contrapone la actitud de los que miran para otro lado y quienes sufrieron el horror nazi. El montaje supone la vuelta a los escenarios, tras diez años ausente, de Antonio de la Torre, acompañado en el reparto por los cordobeses Juan Carlos Villanueva y María Morales. El cineasta Manuel Martín Cuenca se enfrenta por primera vez a una dirección escénica en esta producción, basada en el documental Un vivant qui passe de Claude Lanzmann. La dramaturgia corre a cargo de otro hombre de cine, Felipe Vega.
El texto narra un encuentro ficticio entre dos personajes reales: el suizo Maurice Rossel (Antonio de la Torre), jefe de una delegación de la Cruz Roja Internacional que visita el asentamiento de Theresientadt, un lugar de tránsito hacia los campos de exterminio, sin querer percibir lo terrible de la situación de los allí detenidos, y el judío Primo Levi (Juan Carlos Villanueva), un químico que relató el infierno de Auschwitz en sus libros Si esto es un hombre y La tregua, convertido en escritor para contar como testigo lo ocurrido, defender la memoria de las víctimas y advertir de que episodios como aquel no deben caer en el olvido porque pueden volver a repetirse. Al cabo, Levi acabaría suicidándose, incapaz de soportar lo vivido. Ambos coinciden en torno a una entrevista que realiza Anna (María Morales), una periodista incisiva que pretende desvelar la terrible verdad en torno al genocidio nazi.
El personaje de Antonio de la Torre ejemplifica la increíble postura de toda esa gente que vuelve la cabeza ante lo que ve, negando la realidad y abonando con su inacción la victoria del mal. Rossel, que visitó también el campo de Auschwitz, no percibe el horror y acaba redactando un benévolo informe que destaca la dignidad con la que se trata a los prisioneros, sin querer percatarse de que está ante uno de los episodios más terribles del siglo XXI.
El actor malagueño, uno de los rostros más reconocibles del cine español, analiza su personaje y advierte de que “la equidistancia es peligrosa”. “El genocidio fue posible porque millones de personas miraron para otro lado”. Cuenta que ha visto el documental en el que está basada la obra y en el que Rossel “habla como de manera académica, pero refiriéndose a los prisioneros. Va hablando del tema como algo que no tiene que ver con él. Se expresa como experto, pero no como alguien que vio la evidencia del mal. Y es brutal”.
Juan Carlos Villanueva, por su parte, considera un “reto” encarnar a Primo Levi, “cuya figura admiro profundamente” y a la que se ha acercado “desde la humanidad y la emoción”. El actor cree que hay que montar obras como Un hombre de paso ”porque la memoria es frágil y hay que recordar la Historia”. “Este texto no es fácil, pero es necesario”, concluye el actor cordobés.
Gabinete de Prensa IMAE