La reconocida compañía de teatro, humor y música se enfrenta a un nuevo desafío en un montaje sobresaliente
La compañía de teatro, humor y música Ron Lalá vuelve a mostrar mañana sábado en el Gran Teatro de Córdoba su peculiar sello en Crimen y Telón, un nuevo espectáculo que eleva aún más el listón de sus logros. La última propuesta del colectivo es un homenaje al teatro universal con forma de un thriller ambientado en un cercano futuro en el que las artes están prohibidas y nuestro planeta, convertido en Ciudad Tierra, es liderado por una inteligencia artificial con un ejército de drones.
La historia gira en torno a la muerte del Teatro y cómo el detective Noir debe descubrir al asesino antes de que la Agencia Anti Arte desvele el secreto de su oscuro pasado. Para ello recorrerá el devenir del Teatro en busca de verdades ocultas, mientras una red de misteriosos personajes conspiran en la sombra. Una investigación contrarreloj en la que el asesino podría ser cualquiera, incluso el público, advierte la compañía antes de proceder a anunciar la detención de los espectadores “como sospechosos, cómplices o testigos de un articidio en primer grado”. “Tienen derecho -avisan- a reír, llorar, emocionarse, seguir el ritmo de las canciones y no desvelar a nadie el final de Crimen y telón”, que es la respuesta a la pregunta clave: ¿quién mató al teatro?, ¿quién cometió el mayor magnicidio de la historia de las tablas?
Bajo la dirección de Yayo Cáceres, el montaje pone en pie un texto de Álvaro Tato -dos de los integrantes de la pandilla ronlalera que forman además Iñigo Echevarría, Juan Cañas, Miguel Magdalena y Daniel Rovalher- con el que la compañía lleva su lenguaje escénico a un nuevo desafío. Por un lado, una parodia de la precaria situación actual de las artes y la cultura en nuestro país y, por extensión, en el mundo. Por otra un homenaje al teatro, y también a otras artes escénicas, en sus diversas épocas, naciones y estilos, a través de las diversas escenas que, a modo de puzzle, van configurando el gran enigma. Y todo ello envuelto en el aroma del genero negro más poético y crepuscular, con referencias a la literatura de Poe, Conan Doyle, Chesterton, Hammet, Chandler, Christie, Highsmith… y el gran cine del género.
El espectáculo es un laberinto de intrigas y carcajadas servido por cinco actores-músicos que tocan al menos dos baterías, un piano de cola, tres guitarras, percusiones ligeras, sintetizadores… Es, pues, un thriller con música en directo, a contrarreloj y a tiempo real, que tiene entre sus personajes al Teniente Blanco, un destacado miembro de la Agencia Anti Arte; Comedio y Tragedio, lugartenientes del Teatro, dos hermanos que se odian y se necesitan, y a La Poesía, mujer fatal, antigua amada de Noir, el investigador. La acción se sitúa en 2037, en un teatro abandonado.
La nueva aventura de Ron Lalá ha obtenido una extraordinaria acogida del público y de la crítica, que la ha recibido con comentarios como el que destaca que la compañía, reconocida como una de las más relevantes del país, “ha alcanzado una cima y alcanzará aún mayores cumbres, aunque parezca imposible”, o el que afirma que “los ronlaleros bordan el final más redondo de su carrera, que te deja boquiabierto: como piden los cánones, tan inevitable como imprevisible”.
Yayo Cáceres, director del montaje, deja clara, por su parte, la intención de Ron Lalá con este nuevo espectáculo: “Intentamos -dice- que Crimen y telón sea una sonora carcajada que oxigene el pensamiento sobre el arte en nuestros días y en ese hipotético futuro, que ojalá no llegue, en un no muy lejano año 2037”.