Un joven intérprete, Alejandro Hurtado, sube mañana martes al escenario de la Sala Polifemo del Teatro Góngora (20:30 horas) para ofrecer un concierto en el que su guitarra mostrará cómo la música clásica y la flamenca son dos estilos que, a pesar de sus diferencias, se han influenciado el uno al otro a través de la historia. En el programa que presentará ante el público, el artista alicantino quiere poner de manifiesto esta influencia a través de una selección de piezas representativas de ambos repertorios, obras que domina gracias a su sólida formación como guitarrista clásico y a su trayectoria como guitarrista flamenco.
En el texto de presentación del recital, promovido por la Asociación de Amigos de la Guitarra Clásica “Miguel Barberá”, se hace notar que la presencia de lo flamenco en la música clásica para guitarra la encontramos “desde las piezas donde lo flamenco es una simple evocación de ambientes o ritmos , hasta aquellas en las que el paralelismo es total con los correspondientes estilos flamencos”. En el programa que ejecutará Alejandro Hurtado se escucharán piezas de guitarra clásica con enorme similitud con los estilos flamencos en los que se inspiran, como el Zapateado de Joaquín Rodrigo o la Guajira de Emilio Pujol. También habrá otras, como la Rondeña de Regino Sainz de la Maza o la Gran Jota de Francisco Tárrega, en las que lo flamenco sirve solo de inspiración, sin encontrar referencias claras. Por último, el programa incluye composiciones netamente flamencas del propio guitarrista: Taranta, Soleá, Petenera, Seguiriya y Bulerías.
Tras largos años de preparación, y un buen numero de éxitos previos, la carrera artística del joven guitarrista toma una nueva dimensión a partir de 2017, año en el que, apenas unos meses después de terminar sus estudios superiores de Guitarra Flamenca en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba con Matrícula de Honor y Premio Extraordinario Fin de Carrera, obtiene uno de los principales galardones que existen en el mundo de la guitarra flamenca: el Bordón Minero del Festival Internacional del Cante de las Minas, tras varias ediciones en las que había quedado desierto. Ese mismo año, una de las figuras más relevantes del cante actual, Mayte Martín, se fija en él y lo incorpora como guitarrista oficial en todos sus espectáculos.
Estos reconocimientos no son casuales, sino fruto de un talento excepcional y un trabajo metódico y riguroso durante mucho tiempo. Desde que se inició en el mundo de la guitarra con apenas 9 años, Alejandro no ha dejado de sorprender por la rapidez de su evolución, tanto técnica como musical. Sin duda su formación clásica -iniciada en el Conservatorio Profesional de su ciudad natal, San Vicente del Raspeig (Alicante)- ha marcado su toque con una limpieza de ejecución inusual entre los guitarristas flamencos. Su formación en este último ámbito musical comenzó también en su pueblo, de la mano de varios maestros, entre ellos, el legendario guitarrista Arturo Cerreduela “El Nani”, con quien aprende los secretos de la guitarra de Caño Roto-. Su interés por lo jondo se fue acrecentando año tras año, de tal modo que la guitarra flamenca se fue convirtiendo en su principal objeto de estudio y el eje de su carrera profesional.
El maestro Antonio Fernández Díaz “Fosforito” ha dicho del joven intérprete que después de haber conocido a lo largo de su trayectoria “a los mejores guitarristas de mi tiempo, empezando por Niño Ricardo y pasando por el genial Paco de Lucía, doy fe de la enorme capacidad guitarrística de Alejandro Hurtado, y no me cabe duda de que está llamado a ocupar un lugar de privilegio en el mundo de la guitarra flamenca”.