El Gran Teatro de Córdoba abre sus puertas mañana viernes tras el periodo de inactividad motivado por el estado de alarma, primero, y por el el habitual cierre estival, después. Vuelve la programación y lo hace con la versión escénica de El coronel no tiene quien le escriba, la conocida novela de Gabriel García Márquez. Imanol Arias interpreta el personaje del militar bajo la dirección de Carlos Saura, que firma también el diseño de escenografía y el vestuario. Completan el elenco Cristina de Inza, Jorge Basanta, Fran Calvo y Marta Molina.
La novela corta publicada por el escritor colombiano en 1961 ha sido llevada varias veces a las tablas. En esta ocasión se trata de una producción de José Velasco para la que ha contado con Natalio Grueso como responsable de la adaptación teatral. El Gran Teatro acogerá dos funciones del espectáculo: viernes y sábado, ambos días a las 20:30 horas. Para garantizar la seguridad de los espectadores ante el coronavirus, el Instituto Municipal de las Artes Escénicas ha adoptado todas las medidas necesarias en los teatros municipales: reducción de aforo, distancia de seguridad garantizada, toma de temperatura, dispensadores de gel hidroalcohólico, entradas y salidas de público por sectores, desinfección general de las instalaciones, programas de mano digitalizados para descargar a través de código QR…
El coronel no tiene quien le escriba es una historia de amor y esperanza, de la lucha por conservar la dignidad en un mundo miserable. La historia se centra en los personajes del viejo general -inspirado en las vivencias del abuelo materno de García Márquez- y de su mujer. Ambos viven en la miseria esperando la carta del gobierno en la que deben comunicarle la concesión de la pensión prometida por sus servicios durante la Guerra de los Mil Días, un conflicto civil entre colombianos.
Pero la carta nunca llega, aunque el coronel va cada viernes desde hace quince años al muelle, vestido con su mejor traje, para esperar la llegada de la lancha que trae el correo. Mientras tanto, la vieja pareja malvive en la pobreza alimentando a un gallo de pelea que es su única esperanza de supervivencia. A medida que avanza el tiempo y la carta sigue sin llegar deberán enfrentarse a un dilema: alimentar el gallo o alimentarse ellos.
La codicia del pueblo, la usura de los mejores amigos, la fatalidad y estupidez de la guerra… se mezclan con la soledad del anciano coronel vencido por la vida pero al que aún le quedan dos tesoros: el amor de su mujer y la dignidad. Su capacidad de resistencia ante las adversidades del destino es infinita, guiado por una rebeldía tan sólida como su esperanza y su fe en el ser humano. “La vida -dice el personaje- no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir”.
Carlos Saura estrenó el montaje con Juan Diego en el papel protagonista, pero el actor se tuvo que retirar por motivos de salud. Su sustituto considera que el viejo coronel representa “un alegato para entender los últimos momentos de la vida, que no tienen que ser dolorosos ni trágicos. Hay aceptación y equilibrio en el estado de las cosas. El coronel es un elogio de la dignidad”, destaca Imanol Arias, que con esta producción vuelve al teatro después de 24 años sin pisar un escenario.
Por su parte, Carlos Saura considera que su trabajo como director de la función “es muy sencillo”. “Hago -asegura- muy pequeñas correcciones a los actores porque la base es el texto. Un texto muy difícil, lleno de trampas”. Precisamente por ello, como escenografía ha creado para la obra un espacio minimalista con el fin de que destaque el texto del escritor colombiano.