El Teatro Góngora acoge mañana viernes el estreno absoluto de Ser… ni conmigo, ni sin mí, un espectáculo de la bailaora Mercedes de Córdoba para el que ha contado con la dirección artística de Ángel Rojas y la musical de Juan Campallo. De la artista, la crítica destaca su técnica, la fuerza y emotividad de su expresión, el dominio de la figura y, en definitiva, la exhibición de un baile sólido, armonioso y bien desarrollado, que mostrará en el escenario acompañada por la guitarra de Campallo, el cante de Enrique “El Extremeño”, Antonio Núñez “El Pulga” y Juan Corbacho, y la percusión de Paco Vega.
Mercedes Ruiz comienza a bailar a los 4 años. Diplomada en Danza Española por el Conservatorio Profesional de su ciudad natal, completa su formación con grandes maestros como Javier Latorre, Eva Yerbabuena, Javier Barón, Milagros Mengíbar, José Antonio Ruiz o Aida Gómez, entre otros. Con sólo 12 años ya realiza su primera gira fuera de España: en Francia, con Latorre y Yerbabuena. A los 17 ingresa en la Compañía Andaluza de Danza, bajo la dirección de José Antonio. En 1988 entra a formar parte de la compañía de Eva La Yerbabuena, y recorre el mundo durante varios años con sus espectáculos, desde Eva, hasta Federico según Lorca. También ha sido componente y solista de las compañías de Javier Barón y de Joaquín Grilo.
Ha participado en importantes festivales de flamenco, dentro y fuera de nuestras fronteras, como es el caso del de Mont de Marsans, en Francia, cuya edición de 2015 clausuró junto con otros artistas. Por otro lado, se encarga de la dirección de Sangre, un espectáculo de los hermanos Campallo y crea, junto a Soraya Clavijo y Lucía la Piñona 5 Zapatos. En el Festival Flamenco de Monterrey estrena su espectáculo Sin Más, con el que ha estado trabajando en los últimos años.
Ha impartido cursos de baile en países de todo el mundo en Europa, América, Asia, Australia… En cuanto a premios, posee prestigiosos reconocimientos, como el primer premio de Baile del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, en 2013, y el segundo premio de La Unión, en su Festival del Cante de las Minas.