Natalia Menéndez dirige este exitoso montaje, candidato a cinco Premios Max
El Teatro Góngora acoge mañana viernes Tebas Land, una inquietante tragedia que tiene al parricidio como tema central, pero desde el punto de vista de su representación en un escenario. La pregunta es: ¿cómo es posible llevar a las tablas este terrible crimen? Natalia Menéndez dirige la obra del dramaturgo franco-uruguayo Sergio Blanco, estrenada en numerosos países y elogiada en todos los teatros donde se ha montado, desde Montevideo a Berlín, o de Londres a Tokyo. El texto se inspira en el legendario mito de Edipo, rey de Tebas; en la vida del santo europeo del siglo IV San Martín, y en un expediente jurídico creado por el propio Blanco en el cual se narra el juicio de un joven parricida llamado Martín Santos, interpretado por el actor Víctor Sevilla. La obra narra los encuentros que éste mantiene en prisión con un dramaturgo, encarnado por Pablo Gómez-Pando, más interesado en cómo poder representarlo que en el crimen en sí.
A partir de los distintos encuentros que mantienen en la cancha de baloncesto de la cárcel, Tebas Land irá poco a poco centrándose no tanto en la reconstrucción del parricidio como en la representación escénica entre ambos personajes. De ese modo, la pregunta inicial que abre la pieza, “¿cómo es posible matar a alguien?”, será reemplazada por la pregunta final “¿cómo es posible representar a alguien?”. El texto se aleja así de la dimensión ética del asesinato del padre para centrarse en las posibilidades estéticas de su representación y ofrecer finalmente una emocionante tesis sobre el acontecer teatral.
Escrita en 2012, declarada Obra de Interés Cultural en Uruguay, premiada como mejor producción en los prestigiosos Off West End London Awards, candidata a cinco Premios Max en su edición de este año -entre ellos los que reconocen al mejor espectáculo, obra y dirección-, Tebas Land revisita una serie de textos clásicos que abordan el tema del parricidio -Edipo Rey de Sófocles, Los hermanos Karamazov de Dostoyevski, Un parricida de Maupassant y Dostoyevski y el parricidio de Sigmund Freud-, no con el propósito de rendirles un hueco homenaje literario , sino con el de plantear un verdadero desafío sobre la creación teatral.
Para Natalia Menéndez, que retoma con esta pieza la dirección escénica tras ocho ediciones al frente del Festival de Teatro Clásico de Almagro, Tebas Land “es la tragedia más inquietante que he leído en este inicio de siglo XXI”. En su opinión, la obra “aporta el debate ético y estético de la representación. ¿Cómo se representa un crimen, cómo se representa a un parricida, cómo innovar entre la imitación, la copia, lo falso y la verdad?”.
Divertida, inteligente y ágil, Tebas Land es una obra de efectos y sorpresas, con una trama sorprendente que lleva permanentemente al espectador a la especulación, al límite entre la verdad y la mentira. Considerada uno de los mayores éxitos teatrales en español de los últimos años, se trata de “una obra para que estallen los actores”, según la crítica, que alaba el trabajo de los intérpretes, el texto en sí -”está escrita con una pericia técnica y un sentido del ritmo envidiable”- y el resultado general del montaje -”una función ineludible, sorprendente e intensa en los distintos planos en los que se desarrolla”.