Fele Martínez encabeza un reparto que completa un conocido elenco femenino
El Gran Teatro recibe mañana sábado la comedia Todas las mujeres, una reivindicación de la igualdad de género que narra la historia de un donjuán a través de las distintas féminas, cada una en su ámbito, que han pasado dejado huella en su vida. Con un texto original de Mariano Barroso y Alejandro Hernández, adaptado a la escena por Daniel Veronese, responsable también de la dirección, el montaje está protagonizado por Fele Martínez, en el papel de Nacho, un veterinario mujeriego, y cinco personajes interpretados por un solvente y reconocido elenco femenino: Nuria González (que da vida a la ex del seductor), Lola Casamayor (la madre), Cristina Plazas (la psicóloga), Lucía Barrado (la nueva conquista) y Mónica Regueiro (la cuñada). Con todas ellas Nacho tiene cuentas pendientes y a todas ellas se tiene que enfrentar para resolverlas.
Todas las mujeres comenzó siendo una serie de televisión, la primera producida por un canal de pago español para consumo de sus abonados. La serie narraba la historia de un hombre que es explicado a través de las seis mujeres de su vida, una por capítulo. Estaba dirigida por Mariano Barroso, que firmaba el guión junto a Alejandro Hernández Díaz. Tres años después se editó en formato de largometraje para distribuirla en salas de cine. Se estrenó en el Festival de Cine de Málaga en 2013. En 2014, obtuvo el Premio Goya a Mejor guión adaptado, una de las cuatro candidaturas a las que optaba, y también obtuvo tres nominaciones a los Premios Feroz.
La obra es toda una reivindicación sobre la igualdad de genero. Los personajes femeninos son fuertes e inteligentes, pero el protagonista usa a estas mujeres que lo van acompañando en su vida como algo accesorio, sin pararse a pensar en su valía y sus sentimientos. Nacho es un hombre indeciso, que adopta diversas personalidades con cada una de las las mujeres de su vida. Se ve así inmerso en una maraña de relaciones inacabadas que no le dejan progresar. Es un ser caprichoso que cree controlar su existencia, el clásico embaucador que cae bien al conocerlo y que después, cuando aparece su verdadera personalidad, te deja tirado.
Al lado de la parte cómica, la función también tiene su lado dramático, el de un ser que en vez de afrontar sus problemas prefiere escapar de ellos y se va complicando más la vida a medida que avanza la función. Su patética aventura, dispuesta escénicamente en cinco enfrentamientos con otras tantas mujeres, dejarán retratado a este varón inmaduro como lo que es en realidad: una victima de sí mismo.
Daniel Veronese, uno de los directores argentinos con mayor personalidad de la escena en castellano y con fama de ser un buen conductor de actores, construye, según la crítica, “un espectáculo agridulce, como el texto, directo y crudo, y disfraza de comedia la tragedia con mano maestra”.
En cuanto a la adaptación para la escena, Mariano Barroso destaca que “quien haya visto la película no va a echar de menos nada. El teatro es otro medio, y no se puede hablar de diferencias ya que con la adaptación del guión hemos tenido suficiente. La única diferencia, pero no relevante, es que hay un personaje menos, la mujer de Nacho, que en la película es el personaje menos desarrollado y está simplemente para que se vea esa separación de la pareja”.