Gugurumbé es una indagación artística en el mundo de las danzas populares hispanas de los siglos XVI y XVII: un mundo fuertemente influenciado por la música negra llegada a través de los intercambios con América, y que constituye
las mismas raíces del hoy denominado flamenco.
La influencia del África subsahariana es uno de los grandes misterios por desvelar de la música y la danza barrocas europeas. En la revolución armónica y rítmica que allá por 1600 agitó la Península Ibérica se leen rasgos inequívocos de la música negra y de sus bailes, infiltrados en los compases y ruedas de acordes desembarcados en Lisboa y Sevilla, como zarabandas, folías y guineos.
Procedentes algunos de los propios puertos africanos, pero muchos más de las colonias americanas, entre el trasiego incesante de esclavos, oros y mercancías llegaron las danzas y canciones que globalizaron para siempre la cultura popular
y escandalizaron a los moralistas del momento por su sensualidad; rápidamente se deslizaron por entre las músicas de iglesias y palacios, pero también en el sustrato de lo que luego llamaríamos flamenco.
Partiremos de las fuentes musicales históricas llegadas hasta hoy desde esa España, y entre ellas de parodias como los villancicos de negros españoles y americanos (así, Gugurumbé de La negrina de Mateo Flecha, que da título al programa) y de danzas como chaconas, jácaras y guineos, para conectarlas a través de su misma esencia rítmica y armónica con las danzas del flamenco: fandangos, bailes de compás mixto como las alegrías y la bulerías…
Juan Ramón Lara