Aitana Sánchez-Gijón baila por primera vez en Juana, un espectáculo de danza-teatro que se inspira en las Juanas más valientes y transgresoras de la historia: Sor Juana Inés de la Cruz, Juana de Arco, Juana la Loca, la papisa Juana y, la más contemporánea, Juana Doña, dirigente comunista y feminista española. Dirigido y coreografiado por Chevi Muraday (Premio Nacional de Danza 2016) y con dramaturgia del cordobés Juan Carlos Rubio, el montaje llega al Gran Teatro de Córdoba mañana sábado (20:30 horas). La actriz, sin ninguna formación en baile, encabeza un reparto integrado por el propio Chevi Muraday, Alberto Velasco, Carlos Beluga y Maximiliano Sanford.

Aitana Sánchez-Gijón será todas esas Juanas históricas mediante la danza y a través de los textos de Juan Carlos Rubio, Marina Seresesky y Clarice Lispector, escritos que recogen las palabras de estas mujeres que dejaron su impronta y sobre las que se construye la mujer actual. Su resilencia, la capacidad de lucha contra la adversidad, el empoderamiento, la conquista de espacios de poder, su capacidad creadora… ocuparán el escenario para mostrar al público un viaje emocional a lo largo de los momentos vitales de aquellas mujeres revolucionarias, luchadoras… que plantaron cara a un destino hostil.

Fue la actriz la que pidió al bailarín y coreógrafo “hazme bailar”, cuenta. “El impulso me surgió porque llevaba varios años en un proceso de utilización del cuerpo de una manera más global, con los talleres de Andrés Lima, y al ver el espectáculo de Chevi En el desierto pensé que yo quería formar parte de algo así: actores que bailan, bailarines que actúan, las disciplinas mezcladas”. Y añade que sintió una necesidad acuciante de usar su cuerpo para expresarse: “hay algo de esfuerzo y disciplina, de lenguaje desconocido que me supone ese reto y ese vértigo que busco siempre”, concluye.

Muraday por su parte, tras abundar en el que el personaje de Sánchez-Gijón es “la mujer contenedora de todas esas Juanas que rompieron reglas y se enfrentaron a unas sociedades castradoras”, destaca que el espectáculo no olvida la violencia que el hombre ejerce sobre la mujer. “En la pieza los hombres castran, someten, pero también acompañan, porque hemos querido también ofrecer esa imagen de los hombres que han estado y están al lado de las mujeres”, explica.

En cuanto a su trabajo como responsable de la dramaturgia, Juan Carlos Rubio considera que Juana es un viaje emocional que no parte de la razón, sino de las vísceras. Lo que se pretende, afirma, es que “el espectador se abandone a las sensaciones que le propone este viaje porque la lógica no siempre rige nuestras vidas y, desde luego, este espectáculo persigue la emoción”.

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