“El futuro es de las artes, de la música, y sin accesibilidad no podrá existir ese futuro”. Así lo ha afirmado esta mañana Isabel Ambrosio, alcaldesa de Córdoba, en la presentación de las obras del Gran Teatro, junto a David Luque, presidente del Instituto Municipal de Artes Escénicas (IMAE), y Ramón López, gerente del mismo. En el acto, la alcaldesa de la ciudad ha mantenido que “hemos tenido muchos meses de trabajo intensos”; y, aunque el teatro central cordobés vuelva a abrir sus puertas, “esta obra no está concluida, porque si hablamos de accesibilidad la reforma debe ser continua”, ha destacado la edil. Así, Ambrosio ha recordado que lo que guía este tipo de acciones son “las necesidades del público y las demandas que nos hacen, además de la normativa y esa capacidad de ampliar derechos a las personas con discapacidad”. 

 

En la línea de actuaciones, la primera edil ha destacado la eliminación de barreras no solo arquitectónicas, sino también “aquellas que incluyen un nuevo lenguaje a través de imágenes y pictogramas”. En ese sentido, Ambrosio ha dividido las obras del Gran Teatro en tres líneas de actuación. Por una parte, la entrada principal que conecta con el vestíbulo, “donde hemos eliminado barreras de todo tipo”, ha asegurado Ambrosio. En segundo lugar, la alcaldesa ha mencionado el patio de butacas, en el que han realizado obras para “una accesibilidad mayor”; y, por último, los palcos y plateas a los que ya podrán acceder todo el que quiera debido a la adecuación de ascensor que permite el acceso a todas y cada una de las partes del edificio. 

 

En este sentido, también ha intervenido uno de los arquitectos encargados de las obras, quien ha confirmado que el ascensor “se adecuó para dar acceso a toda la parte oriental”. Respecto a las actuaciones del hall, el profesional encargado de la modificación, ha destacado que “la obra ha sido muy meticulosa para proteger el vestíbulo, que es uno de los elementos protegidos de este edificio histórico”. Asimismo, el responsable, ha puesto en valor las actuaciones encaminadas a favorecer la evacuación, además de “la señalización que se ha podido modificar gracias a la colaboración del IMAE”. 

 

Reforma del vestíbulo

Según el documento que el IMAE ha editado para hacer públicas las actuaciones históricas que se han hecho en el Gran Teatro, “la rasante de la calle Menéndez Pelayo ha cambiado a favor de salvar un desencuentro enorme que existía entre los peldaños de las tres puertas de entrada. El resultado es que el tramo central de la calle se presenta más horizontal y en la parte inferior, la que lleva hacia las calles José Zorrilla y Alegría, surge una leve pendiente. Ahora los tres vanos de acceso al teatro están al mismo nivel y resultan totalmente accesibles. Asimismo, el espectador más observador se dará cuenta de la nueva pintura que luce la fachada y el nuevo zócalo externo”. 

 

Así, “la puerta izquierda de la entrada llevará bandas podotáctiles para orientar a las personas con discapacidad visual o con baja visión”, amplia el documento. Aunque, destaca que “la gran novedad en este espacio es la gran rampa de acceso al patio de bu- tacas y que viene a salvar para las personas en sillas de ruedas o movilidad reducida los escalones del vestíbulo del teatro”. Además, del ascensor accesible y señalizado.

 

El patio de butacas vuelve a ser rojo tinto

“Traspasada la puerta al patio del teatro la primera percepción del visitante es que vuelve a dominar el color rojo tinto en su interior. Un color fuerte, con entidad y que destaca los volúmenes más que nunca. Los arquitectos que han comandado la obra han buscado hallar más homogeneidad y armonía”, afirma el documento donde detallan todos los aspectos de la remodelación.

 

En este sentido, a pesar de que el patio de butacas continua con la misma inclinación para favorecer la visibilidad de los espectadores, “ahora cuenta con dos superficies planas de las que antes carecía. Un primer tramo plano horizontal al final del patio para situar sillas de ruedas a derecha e izquierda del pasillo central, en la última fila delante de las plateas. Y un segundo en la parte posterior y muy cerca del escenario, en la fila cinco, donde emerge otra superficie plana justo a la altura de la puerta de evacuación derecha. Allí se encuentran cinco espacios reservados para personas usuarias de sillas de ruedas y acompañantes”, concluye el documento.

 

Puertas de acceso a palcos, plateas y anfiteatro más anchas

Las puertas a las zonas superiores del Gran Teatro se han ensanchado 20 centímetros, según los arquitectos que han guiado la reforma. “Otra de las grandes novedades de estos habitáculos con balconada de la primera y segunda planta es que su número se ha reducido a la mitad sin que eso haya ido en detrimento del número de espectadores que podrán albergar. Es decir, lo único que se ha tocado ha sido su división y ahora las plateas y los palcos pasan a ser más grandes, por lo que su número se reduce aunque no lo hace el número de localidades que albergan”, afirma el documento oficial del IMAE.

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