El montaje llega al Gran Teatro en una función accesible

El Gran Teatro acoge mañana sábado uno de los montajes más aclamados de este año: Silencio, un monólogo interpretado por Blanca Portillo dirigida por Juan Mayorga que lleva a escena el discurso de ingreso en la Real Academia de España del reconocido dramaturgo y director de teatro, ocupante de la silla “M” de la institución desde mayo de 2019. En Córdoba, el Instituto Municipal de las Artes Escénicas (IMAE) ha querido que la función sea accesible, en este caso recomendada y adaptada para personas que tienen discapacidades visuales o auditivas.

La misma tarde en que pronunció  el discurso de su ingreso en la Academia, planteado como un homenaje al teatro,  Mayorga le dijo a Blanca Portillo que tenían que llevarlo a las tablas. El parón que pocos meses después supuso el confinamiento les permitió trabajar on line en lo que podría ser el espectáculo. El resultado posee una gran riqueza lingüística y múltiples referencias al teatro y a la vida misma, escenas brillantes que permiten disfrutar del inmenso talento de la actriz y su versatilidad interpretativa.

Al saber que iba a entrar en la casa de las palabras, Mayorga cuenta en una entrevista que se preguntó “cuál es la palabra más importante para el teatro, aquella que sería la última a la que renunciaría para hacer teatro. Y fue silencio”, se respondió. “Si el teatro corresponde a la vida, la centralidad del silencio en el teatro corresponde a la que tiene en nuestras vidas. Y eso me lleva a una reflexión sobre el silencio en general y en el teatro, que acompaño de un breve hacer memoria de algunos momentos en que el teatro me puso ante el drama del silencio”, concluye el ya académico.

Para su autor, esta es una obra “sobre el decir y el callar” que se asienta “sobre la voz bella y poderosa y el gesto elocuente de una actriz extraordinaria”, un espectáculo “que ojalá ofrezca aquello que constituye, desde los griegos, el teatro que ambos amamos: acción, emoción, poesía y pensamiento”.

A lo largo de la función, Portillo se mete en la piel del dramaturgo y se desdobla en otros muchos personajes en una actuación impecable que va desde el viaje por silencios teatrales que resuenan en la memoria y en el cuerpo del autor, hasta silencios escénicos interpretados por míticos personajes de la historia del teatro, desde Antígona a Hamlet. La actriz interpreta y comenta dichas escenas destacando la enorme elocuencia que implica quedarse sin palabras. “Yo me pregunto cada día qué es lo que no he dicho”, señala Portillo, para quien el silencio es un gran aliado en su vida.

Gabinete de Prensa IMAE                                                                                       

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