I Edición, Fosforito. 1956

El principal logro organizativo de este Concurso fue romper lo que ya parecía imposible: las diferencias económicas que fijaban la supremacía del cante sobre el baile y la guitarra. Las tres facetas del concurso se estimaron al fin con la misma cuantía económica. Al fin todas las formas flamencas eran iguales ante el Jurado, ya fueran de cante, baile o guitarra, al fin no había privilegios ni honores especiales para una forma determinada flamenca, al fin se conseguía hacer valer aquello que tantas veces se ha repetido por la flamencología hasta entonces inoperante: «No hay cantes (y por extensión: bailes y toques) grandes ni chicos, sino que la grandeza depende del cantaor» (y por extensión: “bailaor” y “tocaor”). Sólo así se consigue una capitabilidad flamenca en Córdoba que acoge bajo su manto protector a todas las formas, a todas las cunas, a todas las gentes “cantaoras”, a todos los estilos… considerados flamencos.

CANTE

Diploma especial «Silverio»:
DESIERTO
Premio «Manuel Torre»:
Diego Camacho EL BOQUERÓN
Premio «Mercedes La Serneta»:
Manuel Moreno Maya EL PELE
Premio» Manuel Reyes  El Canario»:
 Manuel Espejo EL CHURUMBAQUE
Premio «Pastora Pavón Niña de los Peines»:
Manuel Moreno Maya EL PELE
Premio «Enrique El Mellizo»:
 TINA PAVÓN
Premio «Don Antonio Chacón»:
 Ricardo Losada EL YUNQUE

BAILE
Premio «Juana La Macarrona»:
CARMEN LEDESMA
Premio «La Malena»:
PEPA MONTES
Premio «Pastora Imperio»:
Clementina García MEME
Premio «Encarnación López La Argentinita»:
CONCHA CALERO

GUITARRA
Premio «Ramón Montoya»:
 PACO PEÑA
Premio «Manolo de Huelva»:
 JOSÉ LUIS POSTIGO

 

Fue la edición en la que El Pele se encumbró, llevándose dos premios nacionales. Este cordobés, proveniente de una familia en la que nunca hubo flamencos profesionales, aunque sí grandes aficionados, ha sabido innovar a partir de un dominio perfecto del cante ortodoxo y sin perder nunca estos orígenes, acercando el flamenco a otras muchas músicas del mundo.

Con su Premio Nacional de Guitarra en la modalidad de Concierto, Paco Peña supo hacerse un hueco entre los grandes. Este cordobés encarna la autenticidad y la innovación en el flamenco. Como guitarrista, compositor, dramaturgo, productor y mentor artístico ha trasformado la percepción de esta forma arquetípica del arte español. A los 12 años se trasladó a Londres. Desde entonces, sus recitales de música flamenca han capturado la imaginación del público inglés.

Creador del Festival de la Guitarra de Córdoba, Paco Peña es, sin duda, uno de los guitarristas más destacados que ha dado esta ciudad.